Enmarcado por la vegetación tropical de la Riviera Maya, este sábado el campo de Golf El Camaleón, en Mayakoba, vibró al ritmo que Ricky Martin y la Orquesta Sinfónica Camerata Metropolitana marcaron en el escenario.
En un concierto que abarcó desde sus primeros éxitos como solista, hasta los más recientes, aproximadamente 5 mil almas disfrutaron del repertorio del puertorriqueño y su concierto sinfónico.
La velada tuvo momentos de romanticismo, en los cuales el público coreó a todo pulmón los estribillos de «Fuego de noche, nieve de día», «Vuelve» y «Tu recuerdo».
Aunque no faltaron los temas que hicieron que nadie se quedara sin seguir el ritmo con todo el cuerpo, como «Pégate», «Livin’ la vida loca», «María», «La mordidita» y «La copa de la vida», canción con la que se despidió y agradeció el cariño de la audiencia de Mayakoba.
Sin embargo, ante el grito de «otra, otra, otra», el puertorriqueño regresó al escenario para interpretar dos temas más y arrancó suspiros con «Tal vez».
En un escenario con un juego de luces impactantes, las pantallas centrarles y laterales captaron con calidad cinematográfica los detalles de la interpretación de la Orquesta Sinfónica Camerata Metropolitana, que acompañaron con sus violines, contrabajo, piano, arpa, saxofón y percusiones cada interpretación perfecta del exmenudo.
El show no podía estar completo sin las coreografías del boricua, quien lució su esculpido cuerpo con diferentes outfits en transparencias y camisetas musculosas, con sus rítmicos pasos de baile tanto de rumba, para los temas más movidos, como de danza contemporánea, para dar pie a las canciones románticas.
Con una sonrisa siempre en el rostro, Ricky Martin se despidió agradecido con el público de la Riviera Maya, que, con aplausos y gritos, devolvió el gesto tras ver la entrega de su estrella, quien demostró ahí por qué es uno de los showman latinos más aclamados en el mundo.