fbpx
Argentina vive un fenómeno muy particular, del que ningún país de habla hispana está exento: la manía por Luis Miguel, pero con su nuevo aspecto, hay muchos que creen que se trata de un doble; aquí la historia.
Argentina vive un fenómeno muy particular, del que ningún país de habla hispana está exento: la manía por Luis Miguel, pero con su nuevo aspecto, hay muchos que creen que se trata de un doble; aquí la historia.

compartir nota

Facebook
WhatsApp
Twitter
LinkedIn

Compartir Noticia

Facebook
WhatsApp
Twitter
LinkedIn

A días de un nuevo proceso de elecciones, Argentina vive un fenómeno muy particular, del que ningún país de habla hispana está exento: la manía por Luis Miguel, el fanatismo por el “rey sol”, que ha tocado picos inusitados con el inicio de la gira del cantante y por la reacción de la opinión pública.

Más allá de la nueva gira de Luis Miguel, principalmente destacamos la reacción de gran parte de los fanáticos y no tanto, y de los medios de comunicación, de los más relevantes en el país, que no han escapado a la guerra de clics ni por un segundo.

Son varios los medios, como Clarín y muchos otros que se han subido a la polémica de las opiniones de un destacadisimo periodista de espectáculos argentino que sostiene que Luis Miguel ha llegado al país con tres dobles y que uno de ellos habría sido quien subió a cantar en los shows del “rey sol”.

Principalmente hay que destacar que la versión parte del profesional, que es un experto en polemizar y ganar segundos televisivos: el que se habría presentado en el recinto capitalino del Movistar Arena fue un doble de Luis Miguel y no sería el propio cantante.

Más allá de la ocurrente versión, lo llamativo del caso es cómo el tema ha calado en la opinión pública, fanática en su mayoría del cantante ícono ‘mexicano’ a quien se vio rejuvenecido y en la mejor forma, y particularmente en las redes sociales, donde casi se da por hecho que se trata de “otro Luis Miguel” o que es un “impostor”.

Versiones más extremas, como la que polemiza el propio matituno Clarín, comparan el suceso con el mito urbano (a esta altura universal) que reza que Paul Mc Cartney, no es Paul, sino (Faul, por falso) y que el bajista de The Beatles habría fallecido en un accidente automovilístico hace muchos años atrás.

El caso, es que el reciente suceso instalado en los medios argentinos, tiene más de leyenda urbana y del oficio del propio comunicador que otra cosa, y si bien es cierto que el cantante tiene sus ‘imitadores’ de la vida real, lo que resulta por demás inverosímil es que las redes sociales del promedio de los ciudadanos de a pie, se hagan eco de que quien aparece en los shows, no es Luis Miguel, sino un doble.

Por supuesto, decir que es un doble quien puso la voz “como Luis Miguel” y cantó todos sus hits, por más de dos horas de concierto, linda con el nivel de descreimiento que la nación albiceleste tiene por su clase política que ha llevado al país a una paupérrima situación económica, con un dólar ‘blue’ que en el día de la fecha toca los 590 pesos para la venta.

Pero creer la versión de un periodista de espectáculos, e incluso hacerse eco de ello, va más allá de una desmentida, sino en comprender como jamás podría un doble encarnar a Luis Miguel Gallego Basteri ‘en su piel’.

En sintonía con Vicky Buchino decimos técnicamente que el tracto vocal es irremplazable, incluso por la versión más avanzada de inteligencia artificial: la IA no podría generar creíblemente los tonos ultrabajos de un desaparecido como Barry White o cualquier otro inimitable.

Y menos esa IA podría fungir de playback de un show de más de dos horas, ni existiría ser humano capaz de cantar como Luis Miguel por ese lapso de tiempo. Menos las reacciones como cuando el cantante se abraza con Kiko Cibrián, su director musical, o sus pasos en sincronía y complicidad con el maestro Lalo Carrillo en el bajo.

Podríamos afirmar sin temor a equivoicarnos que ninguno de sus músicos se prestarían a eso. Incluso sabemos que Argentina tiene excelsos imitadores que podría ’empatar’ su physique du rôle, como Martín Bossi, Roberto Peña o muchos otros, pero quién podría haberse prestado para una situación de estas características, la respuesta es nadie.

Esperemos que este abigarrado escepticismo argento vea pronto revertirse con un nuevo proceso eleccionario que finalmente traiga beneficios y propenda a apoyar a una población que viene pasándola cada vez peor, y que a la juventud no le ofrezca emigrar como única opción de alcanzar un buen nivel de vida.

Claro está que ante tan difícil momento, establecer en los medios la conversación en torno a si Luis Miguel es un ‘deepfake’ humano o no, puede resultar favorecedor para quienes por estos días no quieren que hablen de ellos, porque si lo pensamos objetivamente, el ‘rey sol’ no necesita más publicidad que su voz y sola su presencia, que por cierto, luego de tantos años, es espectacular.

Scroll al inicio