La pandemia por COVID-19 sometió a los sistemas de salud del mundo, y particularmente a los prestadores de atención médica, a niveles inéditos de exigencia: se pusieron en evidencia necesidades, carencias y deudas históricas. La Organización Mundial de la Salud y la OCDE han advertido sobre la necesidad de fortalecer el sistema mundial de salud.
Hay esfuerzos pero hasta ahora son aislados. Inglaterra, Colombia o Canadá promueven la telemedicina. Italia, Francia o Australia invierten en infraestructura. España promueve la atención primaria en salud. Y todas las naciones, incluido México, cuentan con estrategias para reclutar médicos especialistas.
En el país habíamos empezado a replantear nuestro sistema de salud desde antes de la pandemia con la reforma al artículo 4o. de la Constitución el 8 de mayo del 2020, con la que se elevó a rango constitucional el derecho a la protección de la salud y el 31 de agosto de 2022 se creó el Organismo Público Descentralizado denominado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar: la piedra angular hacia la universalización.
¿Qué está en el fondo de estas reformas? Un replanteamiento del sistema de salud en dos dimensiones: quién paga y quién provee los servicios médicos.
IMSS Bienestar es un modelo que se denomina Beveridge o de medicina socializada, donde tanto el pagador, como el prestador del servicio de salud son públicos. ¿Cuál es entonces la diferencia con el Seguro Popular? Fundamentalmente que IMSS Bienestar es un modelo con un proveedor de atención médica centralizado y que deja atrás la idea de un pagador público que financiaba al menos 32 prestadores públicos y privados que generaban desigualdades en el acceso a servicios.
Con el modelo universal de la Cuarta Transformación tenemos buenos resultados. Al momento 18 estados han firmado convenios de federalización de los servicios de atención médica, en los que se han hecho importantes acciones de compra de medicamentos y equipo médico, contratación de personal, rehabilitación y mantenimiento de unidades.
En conservación hemos realizado una inversión total de $2,483 millones de pesos para obras de dignificación en una superficie total que equivale a 123 veces el tamaño de la cancha del Estadio Azteca. Se han intervenido 81 salas de urgencias, 79 áreas de hospitalización y 69 quirófanos que se encontraban sin funcionar, sin equipo o sin personal. Además, se ha invertido $5,390 millones de pesos para la compra de equipo médico: tomógrafos, mastógrafos, esterilizadores de vapor o ventiladores.
Desde mayo de 2022 que lanzamos la primera convocatoria de reclutamiento de médicos y médicas especialistas se han contratado un total de 5 mil 184 ya sea vía convocatorias estatales; captación de recién graduados, jubilados, Convenio con Servicios Médicos Cubanos, residentes y hasta con una convocatoria internacional.
Estas acciones han permitido que en los estados donde opera IMSS Bienestar tengamos 64% más de consultas de medicina familiar, 127% más de consultas de especialidad, 54% más de cirugías, 30% más de partos atendidos y hay un aumento en el abasto de medicamentos que pasó del 54% al 96%.
Contar con una sola institución para la atención médica de la población sin seguridad social rompe brechas, garantiza calidad y cumple con el mandato de hacer de la salud un derecho. En los hechos, estamos construyendo un nuevo IMSS para los que no tienen IMSS.
Mientras escribo: ¡Qué gran noticia es el nombramiento de Luisa Alcalde en la Secretaría de Gobernación! Además de su juventud y sus convicciones, es una referente del movimiento de transformación y ha entregado muy buenos resultados en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
