A mediados del 2023 trascendió la noticia del arresto de un hombre identificado como Brandon Scott, de 38 años de edad, luego de que informara que había una bomba en el avión y que hicieran todo lo que le pidieran, por lo que los tripulantes del Alaska Airlines vivieron momentos de angustia.
“Hay una bomba en el avión, esto no es una broma”, fueron las palabras del individuo a una de las azafatas, bajo el argumento de que era perseguido por el Cártel de Sinaloa y tuvo que mentir para evitar que fuera torturado.
Brandon Scott dejó una nota en la que les solicitó las autoridades de la nave que manejaran el asunto con cuidado y que cumpliera con todo lo que solicitara, de lo contrario detonaría los explosivos que traía con él dentro de su equipaje de mano.
“Maneje este asunto con cuidado y haga exactamente lo que le digo o de lo contrario detonaré los explosivos y mataré a todos a bordo”, decía la nota.
Las acciones de este hombre provocaron que el vuelo fuera desviado hacia el aeropuerto de Spokane, una ciudad al este de Seattle, luego de partir desde Atlanta, Georgia.
“Detonaré los explosivos y mataré a todos los que están a bordo. Debes alertar al piloto sobre esta nota y guardarte el asunto para ti. Muchas vidas inocentes están en tus manos, haz lo que te exijo y todos vivirán. Si nos desviamos, las consecuencias serán mortales para todos nosotros. No tengo nada que perder”, continúa la nota.
Luego de varias horas de angustia, un escuadrón antibombas no encontró el artefacto ni material explosivo, en ninguna zona del avión, por lo que las autoridades determinaron de que se trataba de una falsa alarma.
Fue cuando llegaron los policías a arrestarlo, cuando el hombre argumentó que mentido deliberadamente sobre tener una bomba para que se desviaran, pues “estaba siendo perseguido por miembros del cartel de Sinaloa”, que presuntamente lo iban a torturar y asesinar.
A pesar de mal momento vivido dentro de la nave de la Alaska Airlines, los 177 pasajeros y seis tripulantes a bordo no resultaron lesionados.
Cabe mencionar que este delito se castiga con no más de cinco años de prisión, así como una multa de no más de 250 mil dólares y no más de tres años de libertad supervisada. De acuerdo con registros, Scott tenía condenas previas por delitos menores y graves, incluidos secuestro y robo.
