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Los ciudadanos esperan un pésimo año por cuestiones como la inflación, impuestos, entre otros.
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La mayoría de los quintanarroenses considera que el proyecto del Tren Maya va a traer una mayor derrama económica y generación de empleos este 2024, pero también piensan que su situación financiera no va a mejorar.

Esto debido a que considera que este año será mucho peor en materia de inflación, tasas de interés, ingresos personales e impuestos, reveló un estudio de la firma internacional de investigación de mercados Ipsos.

La consultora especializada detalla que el 75% de los adultos encuestados considera que el precio de los productos y servicios va a aumentar mucho más rápido que su poder adquisitivo, por lo que aún y con los incrementos al salario mínimo cada vez podrá adquirir menos cosas de la canasta básica.

Sin embargo, a diferencia del resto del país donde 63 de cada 100 encuestados espera que el desempleo se desate, la mayor parte de la población quintanarroense espera una mayor cantidad de espacios de trabajo que en el 2024, una vez que la mega obra federal del Tren Maya comience a operar a su máxima capacidad.

Respecto a las tasas de interés, las últimas noticias respecto a un posible incremento en el porcentaje que cobrarán los bancos e instituciones financieras a los clientes del crédito y préstamos personales, también generaron un impacto negativo en la percepción de la población.

“No estamos tan mal, pero tampoco estamos tan bien”, señala el profesor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México, Saúl Arriaga Vargas: “pero si preguntas cómo afecta este pesimismo a la economía local, te puedo decir que de manera negativa, tanto en la creación de nuevos negocios micro y pequeños, así como la expansión de las medianas y grandes empresas”, cita.

El también consultor de la firma DataRep, especializada en análisis estadístico de las unidades económicas del país, explica que, si las personas consideran que este 2024 será difícil, van a ser más precavidos para emprender su empresa o pensar en crecer la que ya tienen.

“Esto obviamente significa que no se van a crear los empleos esperados y la recaudación por impuestos será menor a la esperada. Es un efecto dominó que ya ha pasado en anteriores ocasiones, como en el 2009, 2013 y 2020. El alcance real de este golpe a la economía estatal podrá ser más claro a partir del segundo trimestre, cuando las cámaras empresariales locales informen cuántos negocios surgieron o cerraron”, concluyó.

De hecho, la última medición del Inegi sobre confianza empresarial señala que, durante el cierre de 2023, en todos los sectores menos de la mitad consideraba que era un momento adecuado para invertir.

Por ejemplo, en la Industria manufacturera el porcentaje era de 45.2%; en el sector de la Construcción, solo 32.9%; en el Comercio, 44.6%; y en Servicios privados no financieros fue de 47.4%.

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