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El líder mercenario ha pasado de ser un hombre de negocios a un símbolo de la Rusia en tiempos de guerra, pues controla un ejército privado que opera desde Ucrania hasta la República Centroafricana.
El líder mercenario ha pasado de ser un hombre de negocios a un símbolo de la Rusia en tiempos de guerra, pues controla un ejército privado que opera desde Ucrania hasta la República Centroafricana.

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Yevgeny Prigozhin se hizo millonario gracias a sus vínculos personales con el presidente de Rusia, Vladimir V. Putin, ganando contratos lucrativos de catering y construcción con el gobierno ruso mientras creaba una fuerza mercenaria conocida como Wagner.

Tras la invasión rusa a Ucrania, lanzó a sus combatientes a la batalla, mientras sus filas se llenaban de reclutas prisioneros. En los últimos meses, Prigozhin también ha emergido como una poderosa figura pública: ha utilizado las redes sociales para convertir la brutalidad y el discurso duro en su marca personal. Sin embargo, al mismo tiempo, comenzó a lanzar acusaciones contra los líderes militares de Rusia, culpándolos por no proporcionar a sus fuerzas suficientes municiones e ignorar los problemas de los soldados.

Pero hasta el viernes —cuando los generales rusos acusaron a Prigozhin de organizar un golpe de Estado— Putin no había reaccionado a las acusaciones en línea de Prigozhin, a pesar de haber encarcelado o multado a muchos otros críticos de la guerra.

Esgrimiendo vulgaridades, haciendo caso omiso de la ley y mostrándole lealtad a nadie más que a Putin, Prigozhin, un hombre de negocios conocido como el “chef de Putin” debido a sus contratos de catering con el Kremlin y el ejército ruso, se ha convertido en un símbolo de la Rusia en tiempos de guerra: despiadado, descarado y rebelde. Fue un cambio notable para Prigozhin, quien reconoció el otoño pasado que había fundado Wagner.

En Moscú, ha sido asediado por preguntas abiertas y críticas. Los analistas han expresado dudas de que su reclutamiento de prisioneros y su respaldo a las ejecuciones extrajudiciales tuvieran un atractivo generalizado.

Prigozhin amplió la presencia de Wagner en Ucrania luego de que el intento del Kremlin de tomar el control de Kiev, la capital, fracasara en los primeros días de su invasión a principios del año pasado. La “compañía militar privada” estaba en ese momento en gran medida desplegada en Siria y África, donde operaba tanto en nombre del gobierno ruso como al servicio de los propios intereses comerciales de Prigozhin.

También estuvo activo en otros lugares. En febrero de 2018, Prigozhin fue uno de los 13 rusos acusados por un gran jurado federal estadounidense por interferir en las elecciones estadounidenses a través de la Agencia de Investigación de Internet, una fábrica de troles que difundió mentiras y libró una guerra de información contra Estados Unidos, en apoyo a la campaña presidencial de Donald Trump.

En diciembre de 2016, Estados Unidos impuso una serie de sanciones contra Prigozhin.

Nacido en 1961 cuando San Petersburgo todavía se llamaba Leningrado, Prigozhin fue enviado a prisión en 1981 por robo y otros delitos, según Meduza, una publicación de investigación en línea.

Después de cumplir su sentencia de nueve años, abrió un puesto de hot dogs, lo que con el tiempo lo condujo a una carrera empresarial inaugurando restaurantes y tiendas de conveniencia.

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